¿Qué nos inspira la bondad humana? ¿No es cierto que hombres y mujeres aunque concebidos a imagen y semejanza de Dios, poseemos personalidades radicalmente distintas? ¿Podríamos decir entonces que un hombre bueno no nos inspira lo mismo que una mujer buena? Tratémoslos por separado.
Un hombre bueno nos inspira profundos sentimientos de alabanza y admiración, nos invita a admirar su bondad. Cuando vemos a un hombre bueno, nos invade la extrema necesidad de imitar su bondad, y no es envidia la sensación que nos apremia de desear mejorar; no queremos ser como él: sino que con la ayuda de Dios deseamos ser buenos como él lo es. Laudamos su sabiduría, porque al hombre bueno, aunque tiene el corazón puro; se le relaciona más con la razón: es bueno porque es sabio. El sabio no sólo es bueno, sino humilde de corazón, recto en la fe, compañero en la esperanza, discípulo de Amor… ¡Bondad!…
¿Y qué hay de una mujer buena?
Una mujer buena desde el momento que la vemos nos inspira la alegría y la inocencia. Cuando vemos a una mujer buena, no tenemos más deseo que el de limpiar nuestro corazón para corresponder con la pureza. Una mujer buena, no nos hace desear ser mejores, ¡nos inspira ser mejores! Su continuo y profundo afán de superación con respecto a lo que ella es y todo su continuo esfuerzo evolutivo por cambiar siempre a mejor, es lo que nos anima a ser y llegar hacia la Bondad. Laudamos su corazón, por el corazón de la mujer buena, puro como el del hombre bueno; pero el de la mujer está lleno de dulzura y sabiduría en el sentir. No es sólo buena, sino humilde en extremo, cimiento en la fe, administradora de esperanza, discípula de Amor… ¡Bondad!…
¿Y si esto es una mujer buena, qué será La Mujer Buena?
Dios en su infinita Sabiduría nos dio a María como Madre, la mujer buena y perfecta, que posee todos los dones y está llena de gracia y plena de Espíritu de Dios. Cuando vemos a María, sencillamente se nos derrite el corazón y se nos deshace el alma. María nos inspira la niñez, María nos lleva de la mano hasta Cristo. Laudamos su Corazón que desborda gracias sobre sus Hijos. No sólo es buena, sino Esclava del Señor, Maestra en la fe, Modelo de esperanza, Reina de Amor… ¡Pura Bondad!…