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Amar o ser amado- Beato Tomás de Kempis

Posted by francescopetrarca en 17 enero 2012

«Ni quieras tampoco ocupar el corazón de alguien, ni que otro ocupe tu corazón por amor; más bien que Jesús esté en ti y en todo hombre bueno.» (Bto. Tomás de Kempis)

 

 

La Imitación de Cristo es un libro que se vende a sí mismo con cualquiera de las sentencias que se puedan publicar de él. Ha sido y es un soporte espiritual para millones de personas, entre las que me encuentro, y recomendadísimo por grandes santos como San Juan Bosco. En él, el autor nos relata mediante breves frases diversos temas a lo largo del libro dedicados a la vida espiritual, la consolación interior o el santísimo sacramento del altar. Todos los apartados son tratados desde un profundo conocimiento de la naturaleza humana por parte del escritor que llega en muchísimos fragmentos a sacudirnos los más inamovibles cimientos de nuestra alma y a replantearnos nuestra vida cristiana una y otra vez. Es más, es un libro que nunca se acaba: hay que releerlo constantemente (y yo diría, diariamente); pues cada lectura es distinta, cada día se descubre un aspecto nuevo.

En una relectura que hice, la frase que quiero comentar me asaltó casi desde lo más profundo de mi corazón. ¿Cuántos no andamos por el mundo queriendo ser amados? ¿Cuántos no andamos por el mundo queriendo amar más? Pero el autor nos proporciona una solución a este problema: «que Jesús esté en ti y en todo hombre bueno«.

Si Jesús está dentro de nosotros, todos los problemas relacionados con el amor se solucionan de un plumazo… Él es Amor. ¿Por qué no pedimos mejor que el Amor habite en nosotros? Solo así llegaremos al punto de quedar satisfechos, pues Él habitará en nuestros corazones y Él obrará en nosotros con su gracia. Sin Él, el Amor está vacío y se convierte en un mero deseo altruista: «querer amar más«; o en un simple egoísmo: «quiero ser amado» o «quiero amar más porque me siento mal». El Amor no se pide ni se exige. El Amor se vive. Y el Amor solo se vive si la Vida vive en ti. Si la Verdad mora en ti. Si el Camino guía tus pasos. Si Jesús está contigo. ¡Y más que contigo! ¡Con todo hombre bueno!

 ¡Paz en la tierra a los hombres de buena voluntad! ¡Que Jesús habite en vosotros para que seais hombres que ejerciten el más alto de los dones según san Pablo: el Amor por medio del Salvador! No podemos desear que en el mundo haya justicia, ni bien, ni paz… si no deseamos, si no oramos, si no pedimos que sea Jesús el que habite en el corazón de todos los hombres y mujeres buenos. El Reino de Dios solo vendrá si adaptamos nuestros corazones al Corazón de Jesús y si pedimos tener a Jesús en nosotros como la Santísima Virgen tiene a su Hijo en su precioso Corazón Inmaculado.

Es más, y la semana de oración por los cristianos que se inicia mañana me sirve de excusa para recordarlo; no existirá la unión entre los cristianos si no pedimos a Jesús que habite en todos nosotros, si no dejamos a Aquel que dijo: «Padre, que sean uno como Tú y Yo lo somos» obrar con todo su poder en nuestro interior para que nos haga humildes y capaces de superar nuestras divisiones, rencillas, politiqueos… y así comenzar a caminar juntos desde el Amor y poder participar juntos en el mismo banquete Eucarístico hasta que Él venga y seamos revestidos de su Gloria.

No queramos otra cosa: solo que Jesús more en nosotros.

Amén.

 

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